(Correo electrónico recibido cuando compartí con mi amiga y colega el cierre de Riofrío) "La verdad es que me entristece un montón. Lo leí en el periódico en su momento y esperé el milagro. Me entristece por lo que puede significar para vosotros, pero también por mí misma. Gracias a ti, el sitio había sido un descubrimiento. Por un lado, por la representación física de los sueños de una pareja que pasaba las tardes en la esquina viendo cuánta gente pasaba. También por desenterrar viejos fantasmas de mi casa (…) Pero también como cliente esporádica. Se cierra quizá el establecimiento art-déco más bonito de Madrid. Como aprendizaje, queda la trayectoria de un sueño excelente. Lo que hubo que hacer para convertirlo en realidad, el sacrificio de ponerlo en marcha y mimarlo para crecer y la valentía de dejar tu sueño en manos de otros para que decaiga lejos de ti. No es fácil concentrar todo esto en un mail, pero espero que tengamos la oportunidad de poder ampliarlo de palabra en directo. En este momento, sólo me sale dar las gracias a los Agudo nucleares por la lección. A los padres, por la visión de un sueño que crearon y vieron crecer al mismo tiempo que su familia. Y a los hijos, por ser impulsores de un "hasta aquí". En ambos bandos veo a Sagrario. No en un segundo plano, sino en el primero. Siendo el soporte del nacimiento, del negocio y de la familia. Soporte otra vez del núcleo mientras daba alas a un hombre para conseguir su sueño y, más tarde, de la renuncia para conservar lo más importante: su familia. No puedo olvidar que yo conocí a esa señora-soporte empujando un carrito con una " Agudita" de la siguiente generación. Los sueños están para acompañarnos en el viaje y este sueño fue un buen compañero. Proporcionó trabajo, ilusión, capacidad, esfuerzo, metas, éxito, comodidad, estudios, status, lucha, enfermedad, enfrentamientos, renuncia... Pero lo mejor de todo: proporcionó el viaje; sentó las bases y los pilares de lo que sois como familia y os dio visión suficiente para mantener lo que queríais mantener y dejar marchar a lo que empezaba a llevarse lo mejor de vosotros. Enhorabuena a los cuatro por la lección de vida que dejáis detrás del cierre de una cosa muy bella. Lo más bello persiste." Gema Benito, noviembre de 2014 |
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